La historia
El origen de Viloria se remonta a finales del siglo IX, durante el reinado de Alfonso III. El conde Diego Rodríguez, fundador de Burgos en el año 884, logró recuperar Oca, sede episcopal, además de la zona que se extiende al oeste de la actual Sierra de la Demanda y las fuentes del Tirón y el Oja. Así consiguió establecer un nuevo campo militar cuyos bastiones eran Pancorbo, Cellorigo, Cerezo e Ibrillos. Junto a la acción militar se desarrollo un fuerte proceso de colonización que propició el nacimiento de la mayoría de las localidades que actualmente existen en este territorio, además de otras ya desaparecidas.
La primera referencia documental que aparece sobre la localidad data de 1028. Se cita a Viloria como Villaoria, que podría tener el significado tanto de villa áurea (de oro) como de villa de Oria (nombre propio).
En este primer documento, procedente de San Miguel de Pedroso, aparece el nombre de Villa Oria, con cuya viña de Fresneda limitaban unas heredades que la monja doña Jimena donaba al famoso monasterio de Pedroso.
En 1043, un documento de San Millán de la Cogolla hace referencia a una donación del rey García de Navarra a don Gómez y a los monjes de San Millán de algunas propiedades y de la villa de Leciñana en los confines de Villorie.
En sucesivas citas aparece el molino de Viloria como propiedad del monasterio de San Martín de Berberana (1079), que luego pasaría a San Millán de la Cogolla, o la entrega de la noble doña Orodulce y su hijo al monasterio de San Millán con todas sus propiedades, entre ellas la villa de San Pedro “que está situada arriba en Villa Oria” (1087). Este segundo documento, relativo a Santo Domingo y su madre, es de muy dudosa autenticidad.
En sucesivas referencias, de 1092 y 1094, aparecen otras donaciones al mismo monasterio riojano de diversas propiedades en Viloria.
En la Edad Media, Viloria formó parte del Alfoz de Ibrillos. Inicialmente se llamó Villoria y posteriormente se generalizó la denominación actual, Viloria. En cuanto al apellido de Rioja,lo adquirió más tarde.
La localidad, al igual que las de su entorno geográfico, forma parte de la “Riojilla”, nombre que recibe la subcomarca oriental de Belorado. Estas fueron siempre tierras de paso.
Viloria fue siempre realenga, excepto la época en que fue señorío de los condes de Argote. Salvo un período en el siglo XI, en el que la localidad fue anexionada al reino de Navarra, Viloria perteneció siempre a Burgos, aunque en el plano religioso fue administrada durante siglos por la diócesis de Calahorra-La Calzada.
La población de Viloria ha conocido importantes variaciones en el tiempo. En 1571 se le atribuyen 175 habitantes, mientras que a principios del siglo XIX figuran 120, reducidos a 104 en 1843. Entre finales de este siglo y las primeras décadas del XX, la cifra se mantuvo en torno a los 240 habitantes. Tras un máximo de 249 en 1930, se inició un proceso de caída demográfica hasta los 218 habitantes en 1950, 159 en 1970, 95 en 1981 y menos de medio centenar en la actualidad.
El patrimonio artístico
En el entramado urbano de Viloria de Rioja se conservan varios escudos de armas y el solar y restos de los muros de la casa natal de Santo Domingo de la Calzada. Sin embargo, el elemento patrimonial más destacable es la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, cuyo origen se remonta al siglo XI, aunque su aspecto actual -en el que domina el estilo gótico- es el resultado de sucesivas reformas posteriores.
El templo, con planta de cruz latina, cuenta con una sola nave de cuatro tramos con crucero, dos capillas laterales y ábside poligonal. Al oeste se alza la torre -de construcción reciente-, de planta cuadrada y con vanos abiertos bajo arcos de medio punto, donde se ubican campanas en todas sus caras excepto al sur. La cubierta del templo es a cuatro aguas con tejas curvas.
Al interior se accede por la fachada sur, a través de un pórtico formado por tres arcos de medio punto, con viguetas de madera y bovedillas de yeso. Al fondo se abre una sencilla portada, también con arco de medio punto.
La nave se cubre con bóvedas de crucería con motivos florales y estrellas en las claves. Frente a la puerta de entrada se dispone el baptisterio, con bóveda de aristas, que conserva la pila románica en la que fue bautizado Santo Domingo, cuya imagen aparece en un bello vitral multicolor. La pila está formada por una copa de sección circular tallada en una sola pieza con base igualmente circular.
En las capillas se abren ventanas abocinadas. En cuanto al ábside, tiene forma poligonal y bóveda gallonada. Al exterior se refuerza con contrafuertes prismáticos de ladrillo que llegan hasta la línea de canecillos que sustenta la cubierta.
El templo luce varios retablos. El mayor, dedicado a la Asunción, es de estilo barroco (1655). Los de la Virgen del Rosario, la Virgen del Sagrado Corazón, Santo Domingo, San Juan Evangelista y el Sagrado Corazón de Cristo completan el repertorio.