El Santo Domingo

En el número 2 de la calle La Asunción, frente a la iglesia parroquial, se conservan los restos de los muros de mampostería de la que fue casa natal del Santo. Domingo García nació el 12 de mayo de 1019 en Viloria de Rioja y murió el 12 de mayo de 1109 en la localidad que posteriormente adquirió su nombre: Santo Domingo de la Calzada.

Sus padres, Ximeno García y Orodulce, eran labradores. El propio Domingo se dedicaría al pastoreo en sus años de juventud, después del fallecimiento de sus progenitores. Sin embargo, muy pronto su vocación comenzaría a acercarlo a la vida monacal. Intentó sin éxito ingresar en los monasterios benedictinos de Valvanera y San Millán de la Cogolla, tras lo cual se retiró a la vida contemplativa en un bosque de la vega del río Oja. Allí pudo comprobar las penurias que soportaban los peregrinos que muchas veces se extraviaban y debían atravesar por lugares de gran dificultad, en los que abundaban los bandidos y escaseaban las posibilidades de recibir ayuda de cualquier tipo.

A partir de aquí nacen las inquietudes constructivas de Domingo García, al que Gregorio, obispo de Ostia, tomó como asistente y posteriormente ordenaría sacerdote. Con la ayuda del obispo, Domingo levantó un puente de madera sobre el río Oja para facilitar el paso de los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela.

Cinco años después, en 1044, murió el obispo de Ostia, pero para entonces Domingo había adquirido ya valiosos conocimientos relacionados con la construcción, que fueron empleados en la colonización de una zona próxima a los bosques de Ayuela.

Como alternativa al camino tradicional a Santiago, construyó una calzada de piedra algo más al sur y sustituyó el puente de madera que él mismo había proyectado por otro de piedra. Además, promovió la edificación de un albergue de peregrinos con hospital, iglesia y un pozo. Este Santuario se convertiría en Catedral de Santo Domingo de la Calzada en el año 1106. En este contexto se sitúa el origen de la localidad riojana cuyo nombre recuerda a su fundador.

En su faceta más espiritual, su fe y entusiasmo fueron contagiando enseguida a mucha gente, que comenzó a hacer donaciones y dar limosnas para mantener las infraestructuras creadas por el futuro Santo. La labor de Domingo García siguió desarrollándose tras la conquista de las tierras riojanas (en 1076) por el rey Alfonso VI. Con el apoyo económico del monarca y la colaboración de su discípulo Juan de Ortega (nacido en Quintanaortuño y también santificado a su muerte), asumió la realización de las obras de acondicionamiento de la Ruta Jacobea, que llegaría a convertirse en la principal vía de transporte de Europa.

Sus logros materiales convirtieron a Domingo García en patrón de los antiguos ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y de los ingenieros técnicos de Obras Públicas, así como de los actuales ingenieros civiles.

Imagen de Santo Domingo
Imagen de Santo Domingo

Los milagros

A la muerte de Domingo García, su figura comenzó a relacionarse con diversos milagros. El más conocido de ellos es el del gallo y la gallina, sobre el que existen distintas versiones. La más extendida habla de un matrimonio alemán que en su peregrinación a Santiago, se detuvo a pasar la noche en Santo Domingo. La mesonera se enamoró de Hugonell, hijo de la pareja, que la rechazó. Ella, por despecho, escondió una copa de plata en el zurrón del joven. Tras ser acusado de robo, el corregidor lo declaró culpable y lo condenó a morir ahorcado. Los padres, destrozados, continuaron peregrinando y, a la vuelta -un mes después-, volvieron al patíbulo a ver a su hijo muerto y este les dijo que seguía vivo por la gracia del santo. Entonces, se dirigieron al corregidor para contárselo y rogarle que lo liberara. Este se encontraba a la mesa a punto de trinchar un gallo y una gallina e, incrédulo, afirmó: “¡Tan cierto es el cuento que me acabáis de narrar como que estas aves están vivas!”. Y en ese momento, las dos aves saltaron del plato y comenzaron a revolotear, probando así la inocencia del joven.

En el escudo de la localidad y en el crucero de la catedral se conservan el gallo y la gallina como símbolo del milagro atribuido a Santo Domingo. En una hornacina del mismo templo se mantienen siempre dos aves como recuerdo de este hecho, que dio origen al dicho popular: En Santo Domingo de la Calzada cantó la gallina después de asada.

Casa del Santo Domingo
Casa del Santo Domingo en Viloria de Rioja